lunes, 3 de marzo de 2008

cucarachas



Siempre están ahí. Aunque a veces no se las vea. Se esconden en las calderas, se atrincheran en grietas y ranuras, anhelan la tibieza de las cafeteras de los bares... Y sobre todo, son las reinas de las alcantarillas. Sin corrientes de aire, con temperatura y humedad estables, alimento y tranquilidad, las cucarachas se encuentran en su paraíso.
La transformación urbana propaga así la plaga de estos insectos y la vuelve irreductible. España entera está tomada por la especie Periplaneta americana, que llegó a la Península a principios de la década de los noventa y ha desplazado en algunos lugares a las clásicas: negra (Blatta orientalis) y rubia (Blatella germánica). Sólo en Madrid, más de 5.000 kilómetros de colectores conforman el hogar de estas especies.
"No hay cloaca libre de ellas, porque siguen fielmente al ser humano allá donde urbaniza. Además, conseguir cero cucarachas es imposible", asevera Ricardo Jiménez Peydró, catedrático de Entomología de la Universidad de Valencia. Jiménez Peydró aclara que "controlar las plagas significa sólo mantener una situación estable, con lo que también se consigue controlar la fobia de la población".
Es cierto que la sola imagen de una cucaracha, vinculada a la suciedad y las enfermedades, libera una tremenda carga emocional. Y si además se visualiza su extraordinaria capacidad de adaptación, el impacto no hace más que empeorar: "Blatella germánica, por ejemplo, es una gran escaladora.
Cada una en su nichoLas tres especies conviven geográficamente, pero no cohabitan. "Cada una tiene su propio nicho, aunque Periplaneta está desplazando rápidamente a la negra de las alcantarillas; la está arrinconando en ambientes más rurales, pero siempre humanizados", explica Bellés.
El interior de los edificios es el territorio sagrado de Blatella germánica, "se siente cómoda en sitios estrechos, con la espalda tocando baldosa", precisa el investigador.
Los expertos coinciden en que no hay evidencias de que el cambio climático les afecte, ya que al convivir con el hombre, disfrutan de condiciones estables y no dependen de los ciclos estacionales.
La terna habitual en los suelos españoles
Periplaneta americana’, la invasora La más grande del trío, puede alcanzar los 4,5 cm. Sus alas desarrolladas le permiten volar. Se adapta fácilmente a cualquier condición de humedad y prefiere las áreas bajas. Las hembras ponen cerca de 450 huevos en su año y medio de vida. En las alcantarillas, las ratas devoran hasta un 80 % de las puestas.
Blattella germánica’, la rubia De menor tamaño (1,5 cm), es de color claro y muy activa. Aunque tiene alas, no puede volar. Se la conoce como la cucaracha de los bares, por su querencia por la parte posterior de las cafeteras. Coloniza los edificios, en los que aprovecha cualquier grieta o resquicio.
‘Blatta orientalis’, la negraSus 3,5 cm la hacen más grande que ‘Blattella’, pero algo más pequeña que ‘Periplaneta’. Color pardo oscuro brillante y alas cortas. La más sibarita de las tres, soporta mal ambientes con más de un 70% de humedad. Es la que peor futuro tiene, a causa de la presión de ‘Periplaneta’.
publicado por: leisly acosta.

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